Una de las ventajas de vivir en Lanzarote es que durante gran parte del año hay un clima soleado que da pie a salir a la calle y disfrutar de la naturaleza y aire fresco. Por suerte, el domingo 4 de marzo no iba a ser una excepción.
La gente que conocemos en la isla, nos había hablado muy bien de la zona norte de Lanzarote. Todos nos decían que no debíamos perdernos las vistas tan increíbles de la graciosa que hay desde el mirador del Río. Así que, Cuando nos levantamos y vimos el día que hacía, no nos lo pensamos dos veces, hicimos una mochila y nos fuimos a ver que nos encontrábamos.
Lo bueno que tiene Lanzarote es que las distancias son muy cortas y en menos de media hora ya habíamos llegado. Aparcamos en el parking que hay al lado del mirador y tras andar unos metros vimos por primera vez la graciosa. La verdad es que llevaban razón, las vistas son impresionantes.
Sin embargo, he de reconocer que hacía más viento del que esperábamos así que cuando acabamos de hacernos las fotos de rigor nos volvimos otra vez al coche y decidimos bajar hacia Orzola.
Orzola es un pueblecito pequeño que hay en la zona norte de la isla de Lanzarote. Y he de reconocer que una de las cosas que más me llamó la atención es que a pesar de su tamaño y el reducido tráfico que tiene, muchas de sus calles tenían el parking restringido y señalizado con zona azul de parquímetro. Aun así, si callejeras un poco siempre encuentras algún sitio en el que no tienes que pagar.
Cuando acabamos de visitar el pueblo (no tardamos más de 10 minutos) llegamos a un pequeño puerto con apenas unos 20 barcos amarrados. No obstante, este puesto tiene la peculiaridad de que es desde donde sale el ferry para ir a La Graciosa. Además, como somos residentes, los billetes del ferry solo nos costaban cinco euros cada uno ida y vuelta, ya que están subvencionados con el 75% de descuento. Cuando vimos esto no nos pudimos resistir.
El viaje en ferry duró apenas 20 minutos y a pesar del viento que había, fue todo mucho más tranquilo de lo que pensábamos que iba ser. Además, las vistas desde el ferry eran impresionantes y como era de esperar se nos pasó el tiempo volando.
Cuando llegamos a La Graciosa nos encontramos con un pueblecito muy pequeño. El ferry nos dejó en la misma plaza del pueblo en donde había varios restaurantes incluso un centro de buceo. Lo cierto es que no teníamos mucho tiempo para visitar la isla así que no perdimos tiempo y no fuimos a patear un poco por sus calles.
Lo que más nos llamó la atención no fue la arquitectura típica canaria del pueblo, con las casas blancas inmaculadas y la playa de arena blanca que hay al lado de la plaza. Lo que más nos sorprendió es que ¡Las calles no están asfaltadas!
Sobre las 3 de la tarde empezábamos a tener hambre y como no llevábamos bocadillo, para comer decidimos ir a uno de los restaurantes que había al lado de la plaza del pueblo. La verdad es que la comida que veíamos tenía muy buena pinta. Nos pedimos un par de pizzas y comemos en la terraza con las vistas al mar.
Como tampoco podríamos regresar muy tarde, decidimos coger el ferry de las 16:30, por lo que nuestra visita a la graciosa no duró mucho. Además, nos fuimos sin ver muchos de los sitios más emblemáticos de la pequeña isla, como la Playa de las Conchas o Montaña Amarilla, así que nos tocará volver.
Por último, agradecerte que nos acompañes en este pequeño viaje y decirte que si eres de Lanzarote (o de cualquier isla de Canarias) y conoces algún sitio que merezca la pena visitar, por favor escríbelo en los comentarios e intentaremos visitarlo pronto.
Hola, he visto que ha publicado una foto de la iglesia de La Graciosa en su página https://luisgaldeano.com/viajes-y-aventuras/la-graciosa-acompananos-en-esta-escapada-de-domingo/ y quiero preguntar si la puedo usar. Estoy escribiendo una documentación de iglesias de Lanzarote, y la quiero publicar en mi página de facebook http://www.facebook.com/architecturalstories y también en mi blog http://blog.charcodelpalo.com por supuesto voy a piner su nombre. Gracias y un saludo, Alexander